Guía de oración

Julio, 2025

Oremos por la iglesia

• Para que la Iglesia no pierda la reverencia que surge de la revelación de quien es Dios y de la conciencia de la majestad y el poder del Señor, viviendo una vida en obediencia, sumisión y reverencia a Su Palabra.

• Para que la Iglesia viva en santidad por conocer y obedecer la palabra de Dios y sea conformada a la imagen de Cristo por la obra del Espíritu Santo, perfeccionando su santidad en el temor de Dios.

• Para que la Iglesia permita que el Espíritu Santo la dirija y la llene en todo momento, sin resistencia o entristeciéndolo con el pecado, y pueda así obedecer a Dios, quien nos manda a amarnos y perdonarnos. Renovando el compromiso y el gozo en cada creyente.

• Para que la Iglesia seamos uno con Cristo, como Él es uno con el Padre; que nuestra vida refleje esa unión, generando la unidad entre los miembros de la congregación y una fraternidad inquebrantable basada en la verdad, siendo testimonio para los que no le conocen.

• Para que en la Iglesia surja un hambre por la palabra de Dios, no descuidando su única fuente de verdad que son las Sagradas Escrituras y renovando la mente de los creyentes mediante las verdades bíblicas.

• Para que Dios levante Pastores conforme a su corazón, con un temor reverente a Él, llenos de sabiduría divina, entendimiento, fe y un corazón humilde para obedecer.

• Para que cada Pastor sea guiado por el Espíritu Santo en todas sus decisiones, así como en su predicación, enseñanza y que puedan guiar a su congregación con conocimiento y discernimiento. Que cumplan con alegría su tarea y no se desanimen.

• Para que en las relaciones familiares de los Pastores haya un equilibrio saludable entre su ministerio y su vida personal.

Y por nuestros pastores

Por los Pastores Samuel y Adriana Hernández, que continúen creciendo en su relación con Dios, se mantengan firmes en la fe y lleven una vida ejemplar, reflejando en todo momento los valores del reino de Dios. Que sean guiados por el Espíritu Santo en todas sus decisiones.

Para que nuestros Pastores sean fortalecidos de manera física, emocional y espiritual, que sean guardados de las trampas del enemigo en cada área de sus vidas, y sean suplidas todas sus necesidades materiales, emocionales, así como espirituales.